Las liebres

El otro día, encaramadas en un enorme pino, pude ver dos ardillas. Jugaban, de rama en rama, haciendo piruetas sin parar. De repente se percataron de mi existencia y se quedaron petrificadas. Sus redonditos ojos negros me miraban fijamente, y sus siseantes colas se quedaron erguidas en alerta. Me hubiera gustado acariciarlas y llevármelas a casa, pero  no lo habrían permitido porque son hijas del bosque, no las podía enjaular, ellas tenían el enorme pino como hogar y eran libres como el viento.

- ¿Qué le pasa a Buck? ¿por qué ladra tanto?

- Mira! si hay dos liebres en el jardín, seguramente un perro de algún cazador las perseguiría y en la carrera
   se han colado por la valla.
- Calla Buck!! las estás asustando más.

- Papá, quiero coger una!!!

- Yo pambién, yo pambién..

- No niños, eso no va a ser posible. Ellas no son como nuestros conejos, han nacido en libertad y así deben

   seguir..

-...lo ves, déjalas marchar, ellas volverán al bosque, su hogar.

Y vieron, como retozando, se alejaban a toda prisa. Y se quedaron mirándolas hasta que, entre los árboles, al atardecer, se perdieron de vista.







El columpio

Cuando era pequeña solía ir al parque e iba directa a guardar turno en los columpios, siempre se hacía tan larga la espera! y cuando llegaba el momento, en un abrir y cerrar de ojos ya te tenías que bajar; pero mientras duraba...esa sensación de libertad, del aire que te despeinaba, era lo más parecido a volar.

- ¿Has visto Peter, que columpio tan bonito?

- Zi, ez muy monito.

- Vamos a decirle a papá que nos construya uno igual!

- Papá, papá ¿nos puedes hacer un columpio, por fa, por fa ?
- Zi, un columpo, un columpo, pod fa.
- Bueno, vale dejadme echar un vistazo en el cobertizo a ver si tenemos cuerda y veré lo puedo hacer

- Cortaré un par de ramas y creo que eso será suficiente.

- Vamos Lucy, súbete!! ya está listo
- Yo pambién, yo pambién....
- Tú el siguiente Peter.
- Guuuuuaaaauuuu!!! Qué divertido papi!!! Voy a tocar las ramas con los pies!!!!!
- Yo quiedo, yo quiedo...

- Venga Peter... tu turno. Agárrate fuerte!!! Vas a volar..!!
- Yuuuuuuupiiiiii!! más depisa, más depisa.... guuujuuuuuu!!

- papi, ahora de pie!!! Voy a volaaaaaaaar!!

- Ehhh!! pero que es este griterio? Anda! yo también quiero..

- Espera tu turno Susan, ahora me toca a mí.

- Fantáaastico!! Qué sensación!! Cuánto tiempo hacía....

Y ahora decidme una cosa, cuándo pasais cerca de un columpio ¿no os entran unas ganas tremendas de... dar un saltito... coger impulso, y empezar a daros cada vez más y más fuerte hasta tocar el cielo con las puntas de los pies?

Alboroto en el gallinero

Qué sensación tan hogareña el entrar en una cocina donde en el fogón, en un puchero de barro, humeante y desprendiendo aromas, se está cocinando un buen guiso. Esa mezcla de olores de la cocina de leña y los ingredientes que al compás del "chup, chup" nos deleitarán el paladar.

- Vaya! no queda ni una gota de vino. Voy a tener que ir a comprar.

- Huy! que bien que estais jugando con esa casita tan bonita, sólo le faltan habitantes.
   Voy a tener que ir un momento a comprar al colmado de la Sra.Doubtfire. Portaros bien. Vuelvo 
    enseguida
- Sí mamá
- Zi mama

- Peter ¿ya has oido a mamá?, dice que a nuestra casita le faltan habitantes.
- Zi, Zi
- Pues...vamos a solucionarlo!

- Ay,Ay, Ay! Como venga ahora mamá
- qué no menga ahoda, que no menga

- Titas, titas... venid que os vais a ir a otra casita más bonita.

- Ya verás Peter, que bien se lo van a pasar en su nueva casa.

- Pero...esto qué es? todas las gallinas están fuera del gallinero. Ay Dios!!

- Pero que habeis hecho!! Es que no teneis suficientes juguetes para haber tenido que secuestrar a los
   pollitos, tendríais que ver a sus madres lo alteradas que están. No se os ocurre nada bueno.!!
- Pero mami.. tu habías dicho que le faltaban habitantes.
- Zi, zi, fataban bitantes.

En fin Susan, ten cuidado como dices las cosas que estos lo toman todo al pie de la letra. De todas maneras hay que reconocer que la casita ahora es más divertida.

LOVE STORY

"Salía de la escuela, una tarde entre tantas otras, los niños habían estado muy alterados, los cambios de tiempo les afectaban muchísimo. En la puerta había un carruaje tirado por dos bellos caballos, en su interior una adinerada dama que vestía cual marquesa que, levantando la voz más de lo normal, daba instrucciones a una joven.

- Tienes dos días para acabar el vestido Susan, ni uno más!!

Con talante preocupado, la joven bajó del carruaje y al levantar la mirada se cruzó con él. Thomas nunca había visto unos ojos tan bonitos y tan ..preocupados!

Susan se llamaba, había dicho la señora, Susan, Susan repitió él en voz baja.

Aquella noche y todas las que le siguieron, no pudo borrar aquellos ojos de su mente."

 - Oh!! qué pronto se ha levantado Thomas.

-  Buenos días princesa!! ¿no recuerdas que día es hoy?

- ¿Cómo lo he podido olvidar? Hoy hace quince años que nos conocimos.

" Sí, hace quince años que bajó del carruaje. Tenía poco tiempo para acabar el encargo, y al acelerar el paso  se le cayó un pequeño libro que llevaba en el bolsillo de su abrigo. Thomas se apresuró a dárselo y ella también se quedó prendada de aquel apuesto joven."

Aquel fué el comienzo de una bonita historia de amor. Y fué transcurriendo el tiempo. Thomas siguió dando clases en la escuela, Susan continuo dedicándose a hacer los vestidos más bonitos que podais imaginar.

Y con el tiempo dos criaturitas llenaron su hogar de risas y alegrias (a pesar de alguna que otra trastada).

Y hoy recuerdan, cuando se conocieron aquella tarde hace quince años.

-Uff! Por fin se han dormido los niños.

Y se miran y en sus miradas hay complicidad y ternura.

- Susan, ¿nunca me has dicho si entregaste el vestido a tiempo?.

- ¿Tú qué crees?

- Seguro que sí, tú haces que todo sea posible. Eres como una pequeña hada.

Y los dos sonrieron... no hacían falta palabras.

¿Dónde está Peter?

Es muy gratificante abrir las ventanas y poder contemplar el jardín. Observar que nuevas flores se abren al sol y deleitan tus sentidos. Ellas no  piden tu atención, pero si se la prestas te lo agradecerán, creciendo, resplandeciendo y siendo el color de tu jardín. Y en ese ciclo que,  mientras el frío lo permita, unas nacen y otras mueren,  tú disfrutarás de su presencia sólo a cambio de unos pocos cuidados.

- ¿Has visto Susan? ha nacido un  nuevo brote
- Vaya! es fantástico. A tan solo un paso del otoño.
- Si Susan, pero es que a las plantas les cuesta despedirse de nosotros.

Y mientras Thomas y Susan miman a sus plantas. ¿A dónde va peter?

- Lucy ¿has visto a tu hermano?
- Ha ido hacia la casa, deberá estar en su habitación.

- Ay Dios! ¿Dónde se ha metido este niño?
- Peter, Peter!! Dónde estás?!!

- Ay, Ay!! por que le habremos perdido de vista? Es tan chiquitín.

- Papá, mamá.. parece que Dam quiere decirnos algo
- ¿Sabes a dónde esta Peter? Llévanos, corre...!!

- Oh!! gracias Dam, buen chico.
- Peter, nos has dado un susto de muerte..

- Eztaba dando la hierbezita tan guena a loz conejitoz.





La que han liado los niños!!

El día había amanecido soleado y con brisa. De esos días en los que sopla el viento cálido del sur, en los que te levantas de la cama, abres la ventana y respiras hondo el frescor de la mañana veraniega.

Y cuando respiras hondo, Uhh!! te viene un ligero aroma de café y  croisants recien hechos....

- Buenos días Lucy, siéntate a la mesa que se te enfría la leche

Susan, mirando a través de la ventana, pensaba en voz alta:

- Hoy es un día perfecto para hacer una buena colada, aprovecharé  y lavaré las sábanas para que queden blancas como la nieve. Quién sabe si mañana de nuevo lloverá.

Lucy, que era una niña muy despierta a la cual le encantaba agradar a su madre, tomó nota de lo del día perfecto para la colada y, con ayuda de Peter, organizaron una "gran colada".

- Vamos, vamos, venid aquí!! Mirad que pan tan rico os voy a dar!!

- Por aquí, por aquí- decía Lucy.
- Pod aquí, pod aquí- repetía Peter.

Y así poco a poco y escalón tras escalón alcazaron su objetivo.

- Ya verás que sorpresa le vamos a dar a mamá, nosotros también  dejaremos a las ocas blancas como la nieve.

Era de extrañar tanto silencio en la casa, y Susan empezó a preocuparse por los niños.

- Lucy, Peter!  ¿A dónde estais?
- Mamá, estamos aquí arriba!!

- Diós mio!! qué habeis hecho!!, Peter, bájate del taburete que te vas a caer!!, ¿Cómo se os ha ocurrido semejante barbaridad?

- Mamá, no te enfades, sólo queríamos ayudarte. Tú habías dicho que hoy era un buen día para la colada y nosotros también queríamos dejar a las ocas blancas como la nieve, estaban sucias.
- Zi, zi mami, eztaban mu zucias. Ahoda eztán limpitas.

Y qué se le va a hacer. Angelitos la intención era buena pero, pobre Susan y .... pobres ocas!! Eso sí, que no digan que no han nadado nunca en un baño de espuma,  Menudo lujo!!

Recogiendo los frutos de la tierra

¿Nunca nos hemos parado a pensar en uno de los milagros de la naturaleza? Cómo de una pequeña semilla, que parece ser un trozo de "algo" sin vida, puede, germinando, brotar hasta los más majestuosos árboles, que nos dan su corazón en forma de madera, nos alivian del calor del verano y proveen nuestras chimeneas en invierno

Y esos caprichos de la naturaleza en forma de flores, con variopintos colores, formas y tamaños. Si las observamos detenidamente son pequeñas obras de arte, efímeras en su mayor parte, que adornan, desde que nacen hasta que mueren, de la forma más hermosa, allá donde estén.

Esa vida vegetal que, tan silenciosa, crece bajo la tierra y que surge en forma de hortalizas y frutos que llenarán nuestra despensa.

Y en su rinconcinto tan cuidadosamente, como si de un jardín se tratara, Thomas y Lucy cuidan de su huerto

- Mamá, esta sopa está deliciosa!!

- Lo ves, ya te lo decía yo Lucy,. Está deliciosa porque tú con cariño has cuidado de sus ingredientes, y ahora ellos te premian con su sabor. No te olvides nunca, no solo explotes la tierra, debes de ser respetuosa con ella, porque ella nos alimenta.