Cuando regreso a casa después de mi jornada, un torbellino se abalanza sobre mí emocionado. Su cola parece que tenga electricidad moviéndose de un lado a otro como si tuviera vida propia. Salta, gira sobre su cuerpo como una peonza, va y viene contento, se pone panza arriba para que la rasque la barriga, siempre demostrando su alegría, sin hipocresía ni falsedad. Y entre esos movimientos frenéticos, emite un gemido que no necesita traducción, yo se muy bien lo que dice con solo mirarle a sus ojitos redondos color avellana, me recuerda, cada vez que llego, que me espera, que me quiere y que su fidelidad no tiene límites.
- Code, code, maz depiza!! Lucy, no quede jubad...
- Va muy lento, déjale no quiere.
- Ayyyyyy!! Bu, levanta, Bu monito ¿qué te paza?
- Buck, Buck, pobrecito...¿estás enfermito?
- Llama a papá Lucy, llámalo...Buahhhhh!!
- Papaaaaa, papaaaa, ven corriendo Buck está enfermoooo!!
- Papá. papi...no ze mueve, buahhhhh!!
- Tranquilos niños... Buck, Buck amigo!!
- Ven aquí amigo, vamos a ver que te pasa
- papá, papá, ze poneda bien? (snif)
- Pobrecito, pobrecito Buck (snif)
- ¿Qué ha pasado?
- Buck se ha desmayado, no está nada bien, no puede andar.
- Buahhhhhh!!
- Taeló, taeló aquí, pod aquí, papá (snif)
- Oh, amigo mío, quédate aquí tranquilo
-Eztabamoz jubando a loz caballoz (snif) y Bu no quedía (snif), yo lo he dotooooo!! Buahhhhhh!!
- No Peter tú no lo has roto, a él le encanta jugar a los caballos
-¿Se pondrá bien papá? (snif)
- Voy a buscar una manta para arroparlo.
- Bu, Bu, ya no jubademoz a loz caballoz, pod que no te mevez?? pod favoood!!
- Oh Buck, no te vayas todavía, tienes que conocer al bebé...
- Mamá... ¿adonde tiene que irse?
- Cariño, Buck es muy viejito, a lo mejor tiene que irse al cielo de las mascotas
- ¿Al cielo del abu? yo no quedo, qué no, que luego ya no mendá maz, el abu no ha menido!!Buahhhh!
- Mamá yo tampoco quiero que se vaya!! Noooooo, Buahhhhhh!!
- Tranquila, a lo mejor se pondrá bien.
- (snif)(snif) ya ze que le taedé pada que ze cude!!!
- (snif) Bu quedez que te de una cozita que te guzta muuuuucho (snif)
- Buahhhh!, mamá!!
- Lucy, cariño a lo mejor tiene que irse para encontrarse con Bianca, así ella tendrá alguien para jugar
- Pero Buck es nuestro perrito, buahhhhhhh!!
- Déjame pazad Dam!! tu amiguito ze poneda bien, ide a buzcad una medecina!!
- ¿?
- Poma Bu, te he taido pocholate del que te guzta a ti, pómelo, pomelo...te ponedas ferte
- No lo quede, no ze mueve, no quede pocholate , yo he doto a Buuu, snif....Buahhhhh!!
- Dios mío que vamos a hacer Thomas?
- No lo se Susan, no lo se...
- Papá, mamá, esta noche nos quedamos a dormir con él, no le dejaremos solo, así no se irá
- Zi, zi no dejademoz que ze vaya al cielo
- De acuerdo niños.
- Buenas noches pequeños, cuidad de vuestro amigo, vuestra compañía, en estos momentos, es lo mejor
para él, sois su medicina.
- Men aquí, pequienito que te coja muy ferte, no te vayaz (snif)
- Descansar pequeños. Tú también, Buck, amigo....
Y le abrazaron fuerte como si en ese abrazo le fueran a dar la vida. Y Buck se batía entre el aquí y el allá, ese abrazo de esos pequeños bracitos y esas manitas, oliendo a chocolate, que le acariciaban eran tan poderosas que le costaba marchar...
- Guau, guau...
- Oh Buck!! que haces tú aquí?, no puedes venir todavía, aún no ha llegado tu hora. Vuelve con ellos,
ellos necesitan todavía tu cariño incondicional. El bebé tendrá que dar sus primeros pasos agarrado a
tu lomo, todavía tienes que dar lametones a Peter cuando coma chocolate y aunque ya no seas su
caballo veloz, serás su burrito. Y dentro de no demasiado tiempo tendrás que hacerte un ovillito al lado
de Lucy cuando le empiecen a salir los primeros granitos, y ella encontrará consuelo acariciándote la
cabecita. Vuelve con ellos Buck!!! Vuelve!!! te necesitan!!
Y a la mañana siguiente...
- Lucyyyyyy, no eztaaaaaa, noooo, noo se ha ido Buahhhhhhh!!!!
- Noooo Peter, no!! le debimos de atar al sofá con una cuerda Buahhhhh!!
- Buahhhh! zi no hubieda zido mi caballo no ze había doto, Buahhhh
- No hermanito, a él le gustaba mucho ser tu caballo....
- Oh! qué es ese ruido? (snif)
- Mene de la cocina (snif)
- Ahhhhhh!!! Bu, Bu ezta aquiiiiiiií!! ezta aquiiiiiiií!!!!
- Yupiiiiiiii!!!, se está comiendo los chorizos!!!!! está bieeeeeennn!!
- Men aquí peciozo,(snif) no te vayaz maz lejoz que la cocina ¿vale? te quiedo muchio, muchio, Mua!!
- Buck, que susto nos has dado!!(snif) ¿A tí también verdad Dam?
- Guau, guau!!
Todavía no era la hora en la que Buck tendría que dejar a su familia y subir al cielo de las mascotas que no es otro que el mismo de las personas, porque dónde sino serían felices sin nosotros. Todavía Buck tenía que dar, de forma desinteresada, mucho cariño a la familia de Bristol. Sus ojitos redondos, color avellana volvieron a brillar demostrando su felicidad por volver junto a los suyos.
Y eso nos recuerda, que seamos reyes o mendigos, vivamos en un palacio o en una choza, a tu perro nunca le importará, porque lo único que a él verdaderamente le importa es estar a tu lado. Siempre... a tu lado.
Es una historia preciosa, que bien que Buck sigue con ellos, al menos otro poquito.
ResponderEliminarBuf¡¡¡que mal lo he pasado con tanto lloro¡¡¡menos mal que se ha quedado de nuevo¡¡¡Gracias por este nuevo relato¡¡¡
ResponderEliminarAy madre¡¡¡ he pensado en Artax que es el perro de mi madre, un adorable perro que tiene 18 años,ayer lo vi y lo acaricie pensando eso....que cualquier dia,se marcha.
ResponderEliminarGracias como siempre por el relato, los haces de forma sencilla pero entrañable, ademas del currazo que te pegas, un beso enorme.
Creí que lo perdíamos menos mal que no ha sido así, poque todavía no he superado lo del abu.
ResponderEliminarHace poco que nos dejó el abu y todavia le guardamos luto, ahorfa creía que se no iva Buck... que pena mientras leía... mi Lucas con 11 años, cuando pienso en él y lo miro como hace un momento que le dí una cucharadita de aceite( esta un poquito malito) se me apaga la alegria... y con Buck... me iba pasando lo mismo. Si nuestras mascotas supieran hablar... pero lo único que nos queda es hacer como estos maravillosos niños... abrazarlo con fuerza para que no se nos vaya... no ha llegado el turno de Buck y espero que dure muchoooooo, muchoooo tiempo y pueda lamer al pequeñin que va a venir a la casa de Bristol.
ResponderEliminarMaravilloso como siempre el relato y tú como siempre... ENCANTADORA.
Espero el próximo. Besotes grandes.
Anda que menudo susto,de pronto he dicho por dios a Marga le ha dado por cargarse a media casa,jajaja para no tener que poner tantos muñecos, menos mal que lo has dejado con la familia, la verdad es que cuando se pierde una mascota pierdes algo de ti, de nuevo enhorabuena, un besote.
ResponderEliminarUna historia muy real, como siempre.
ResponderEliminarEn casa también tenemos perro, un caniche negro. Se llama "Luck" y tiene 15 años. Está ya achacoso pero sigue para adelante, hasta que le deje el "abu".
Besitos
Meos mal que el relato termina bien, ya tenía un nudo en la garganta.
ResponderEliminarBesos, Narán.
Como puede ser que una historia te haga llorar tanto, no puede ser normal, o sí, para aquellas personas que tenemos sentimientos y queremos a nuestras mascotas.
ResponderEliminarGracias a que la historia termina bien, sino....
Yo hace ya 9 años que tuve que sacrificar a TOP (no hay dia que no me acuerde de ella), era mi alma gemela, y ahora tengo a NOA, y realmente no sé que haria sin ella.
Eres genial,me encanta la historia y el montage fotografico una pasada.Y como a la malloria menos mal que tiene final feliz que me tenias con el corazon en un puño.Biquillos
ResponderEliminar¡¡menos mal que no pasó de un susto!!, en casa siempre hemos tenido perros y otros animales, pero cuando se nos ha ido uno de ellos lo pasamos fatal, sobre todo con los perros porque forman parte de nosotros, ellos son uno más de casa.
ResponderEliminargracias por ofrecernos un nuevo relato de la familia Bristol
Llevo toda la mañana leyendo las historias de esta entrañable familia, que me han encantado. Pero cuando he llegado a esta... jo... ahora estoy llorando lo que no he llorado estos dos días atrás... cuando no tuvimos más remedio que sacrificar a mi perrita, que llevaba 15 años con nosotros. Mira... y creo que me hacía falta llorarle como lo estoy haciendo ahora. Me ha emocionado mucho esta pequeña historia y me ha sacado las lágrimas que le estoy ofreciendo a mi Tarita tenía ahí guardadas.
ResponderEliminar