Flor de nieve

Recuerdo la primera vez que vi la nieve. Me acababa de despertar, miré por la ventana y el paisaje había cambiado. Empecé a gritar... ha nevado, ha nevado!!. Mi madre no tuvo tiempo ni de ponerme una chaqueta antes de que abriera la puerta de la calle y saliera disparada. Quería pisar la nieve, quería tocarla!. Mis pies se hundieron en aquel manto blanco y brillante por los primeros rayos de sol que en él se proyectaban. Cogí un puñado, se me escapaba entre los dedos como si fuera harina, estaba limpia, fría,.. hubiera querido cogerla toda..! Me estiré en el suelo, boca arriba, mirando el cielo azul, y mi silueta quedó grabada en aquel manto gélido de azúcar, que había cubierto, durante la noche, mi jardín.

- Ooooh! qué bonito está el jardín nevado!!

- Yuuuupiii! ha nevado, ha nevado!!

- Lucy, vamoz a jubad!

- Mida, mida, si pizo ferte hace duido, crash, crash!!
- Siiiiiii, mira hundo mis pies, hundo mis pies!!
- Susan, voy a cortar leña.
- yo te ayudo.

- Vamos a correr por la nive, preparados...listos....ya
- Me guuuuzta la neve!!

- Peter.. te voy a tirar una bola!!
- Yo pambién, yo pambién!
- Ufff! qué fría que está!
- Ziiiii, eztá muy fiiiia, yuuuuuhhh!!

- Ahhh! allá va otra bola de nieve!!
- Puez yo pambién, poma yaaa!!

 - Te voy a tirar esta bola a la cara si no te rindes!!! ríndete, Peter ríndete!!! ja.ja.ja
- Nooooo a la cada no, que ezta muy fia!! me dindo, me dindo....! ja,ja,ja, ja

- Huy! has visto que copo de nieve tan raro?
- Zi, ez muy dado, ez una for.
- Una flor? Anda, es verdad!

- ¿Cómo habrá llegado hasta aquí?
- La habá dejado un hada, ez una for de neve
- Es preciosa!

- Mira Peter, como brilla!
- Uy!  me guzta mucho, ez una for mágica de neve.

- Niños... ¿qué teneis ahí?
- Una for mágica de neve que ha dejado un hada.
- Sí, está muy fría y brilla como si fuera de cristal
- ¿? Anda. vámonos a casa que empieza a hacer frío.

- Lucy, pod favod...¿me pedes dad la for?
- Claro Peter, toma..
- ¿? Qué extraña flor Thomas.

- ¿Qué haces cariño?
- La voy a plantad.
- Ah! muy bien pero no se si agarrará, no tiene raiz.
-  Zi agadará podque ez una for mágica.
- Ah, claro, es verdad!

- Vamos cielo, hace mucho frio, cerremos la puerta.
- Zi mami. Adioz for de neve, menaz nochez

Y así transcurrió la noche fría y estrellada. Y al día siguiente Peter se apresuró a abrir la puerta...

- Ohhhhh! es fantástico, qué hiedra tan maravillosa!!!
- Lo vez ya lo decia yo, ez del hada de la natudaleza, ella hace ezas cozaz tan bonitaz.

- Oh Susan! es increible!
.- No se que decir, a lo mejor Peter tiene razón, ¿tú que opinas Lucy?
- Yo....glups!! el...hada.....seguro.

- Anda Peter, vamos a desayunar!
- voy mamá, le voy a dad un bezito a ezta hojita tan pequienita como yo.

Y Peter no tenía duda, aquella flor de cristales de nieve sólo podía haberla dejado un hada. Aquel milagro que había germinado en una sola noche y se había enraizado en las paredes de su casa, aquellas diminutas hojitas,  nacidas en una gélida noche de principios de invierno, sólo podía ser obra de un hada, de un hada de la naturaleza, de un hada llamada Susimar.