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miércoles, 27 de agosto de 2014

Palabras

Estirada bajo aquel sauce y a tan solo un par de palmos de mi cara observé aquellas diminutas cosas que pasaban sobre mi. Parecían pequeñas anémonas arrastradas por la brisa de aquella mañana de primavera. 
Seguí su recorrido hasta donde alcanzaron mis ojos,   pudiendo ver como una de ellas fué bajando hasta un pequeño riachuelo que había junto a mí y arrastrándola sus aguas hasta Dios sabe donde. La otra, sin embargo,  bajó suavemente hasta la orilla posándose en su fértil tierra y allí, sin duda, germinó.

Empecé a pensar en las palabras, pensé que cuando salen de tus labios el viento también las arrastra como semillas. Algunas de ellas son recibidas por oidos que, de forma automática, conducen al corazón. Otras escapan por el otro oido e incluso las hay que ni siquieran son percibidas, se pierden  o quedan suspendidas en el aire, simplemente.   Pensé en la importancia de ese conjunto de letras que forman palabras, de como te pueden hacer sentir, reir o llorar, y pensé en la importancia de aquellas que en tu corazón también pueden germinar.


- Sophie!! qué tal? cúanto tiempo!
- Ho.. hola Marjorie... sí, cuánto tiempo!
- ¿qué estás haciendo aquí, en Londres?
- Estoy esperando a Edward, ha ido al Colegio de médicos a recoger un documento


- ¿cómo estás Marjorie? te veo muy bien
- Oh sii! querida lo estoy, y tú ¿qué tal lo llevas en tu nueva ubicación en el campo?


- estoy muy bien gracias, la vida allí es muy tranquila. Edward ha instalado allí su consulta. De momento no tenemos muchos pacientes, pero esperamos que cambie con el tiempo.
- claro! además para tí debe de haber sido un alivio dejar Londres, sobretodo viviendo tan cerca del conservatorio de danza después de lo que te pasó, vivir allí debió de ser muy duro. Bueno ahora ya no tiene solución, además en el campo no hace falta que te pongas medias de seda ni zapatos de tacón, jejejeje....


- Bueno querida, tengo mucha prisa, debo irme, espero verte de nuevo

Y dicho lo dicho se dió media vuelta y se alejó, dejando a Sophie con todas las palabras atascadas en su garganta.


- Ya estoy aquí, cariño  ¿a qué no he tardado nada?


- Sophie... ¿te pasa algo?
- Vámonos Edward, vámonos por favor


- Sophie ¿qué pasa? dímelo por favor
- ¿recuerdas a Marjorie? fuimos compañeras en el conservatorio de danza
- no estoy seguro....
- sí, tienes que acordarte, ella estaba loquita por tí,
- ah sí! pues no me percate de eso

- Oh Edward! ha sido muy cruel conmigo, me ha dicho unas palabras que me han hecho mucho daño
- Cariño, no hagas caso


Durante el viaje de regreso Edward decía palabras hermosas acerca del bello paisaje que les rodeaba y decía cosas graciosas para hacer reir a Sophie, pero ella guardaba silencio, con apenas una mueca de sonrisa en sus labios, parecía tan ausente ensimismada en sus pensamientos.


Finalmente llegaron y ella al salir de coche tropezó.
- Sophie cariño!
- Ahhh...


- ¿te has hecho daño?
- no... déjame, puedo hacerlo yo sola


- lo siento, solo quería ayudarte
- lo sé Edward, lo sé..
....
- papá, mamá!! ya estais aquii!!


- hola cariño, ¿y Robin?
- se ha ido con Jimmy a no se qué de una guarida que han descubierto en el bosque que dicen que es de un mago y no se que cosas más... mamá ¿te pasa algo?
- es que me duele mucho la cabeza, creo que me voy a estirar un rato a ver si se me pasa


- papá, ¿cómo crees que le irá a Albert con su libro? ¿tardará mucho? estoy nerviosa!
- seguro que irá todo bien, ya lo verás
- papá......


-..... le pasa algo a mamá? me ha parecido que tenía restos de lágrimas en su cara
- Amy, ven siéntate, tenemos que hablar


- Hace muchos años cuando Robin y tú no habiais nacido y Albert tenía vuestra edad aproximadamente, mamá tuvo un accidente. Ella era una gran bailarina, como pocas! pero una noche al salir de una actuación en el gran Teatro de Londres un coche la atropelló. Temíamos por su vida, quedó gravemente herida, pero ella, que es una gran luchadora, lo superó, aunque  su pierna quedo maltrecha y hubo que amputarla.....
- ¿quéeee? pero mamá tiene dos piernas no una!
- no cariño, solo tiene una.... la otra es artificial.
- y... ¿por qué no me ha dicho nada nunca?
- bueno hija, supongo que estaba esperando el momento, fue muy duro para ella.


Amy subió lentamente a la habitación. Las palabras que le había dicho su padre realmente la habían conmocionado.


- mamá... ¿puedo entrar?
- claro hija, entra


- papá me ha contado tu..... secreto
- ven Amy, te lo tenía que haber dicho, pero nunca encontraba el momento. Esperaba a que fuerais mayores,  no se..


- antes del accidente, bailaba en los mejores escenarios... Londres, París, Roma....
 Esta pierna que aparentemente es como la otra es.....


-.....una prótesis que tu padre fabricó para mí. Tuve mucha suerte en ese accidente de no perder la vida, Albert era pequeño, vosotros todavía no habíais nacido y tuve la fortuna de tener a tu padre a mi lado, que no solo hizo posible que volviera a andar sino que con su humor también volviera a sonreir


- Fué muy duro Amy no volver a bailar, era tan importante para mí, me sentí como si a una mariposa le arrancaran las alas. Mira, te enseñaré algo....


- Ohhhhh! qué bonito mamá!!
- si, es precioso, si hubieras visto como brillaba con las luces del escenario


- sonaba la música, se abría el telón y como si volase aparecía yo bailando.......


- ..... giraba sobre la punta de mis pies, saltaba, daba vueltas, elegante como un cisne, ligera como una pluma..... na, na, na, na!!!
- oh! mamá parece que lo vea!!


- la música se adentraba en mí y yo......levitaba!! sí, en aquel momento sentía que volaba. 
 Bueno Amy, voy a guardarlo


- Deja que te ayude mamá
- gracias hija me he acostumbrado a la prótesis y me cuesta mucho avanzar así


- yo lo guardaré
- gracias hija


- mamá, pero ahora....aunque no bailes...... ¿eres feliz?
- claro! como no voy a serlo si os tengo a vosotros, lo que ocurre es que hoy me han dicho unas palabras que me han hecho mucho daño. Las palabras mal intencionadas hija mía, son como clavos que penetran en tu corazón


- Eh! ¿qué es ese escándalo que viene de abajo? Creo que Albert ya ha llegado!!!
- Sí, si!!! es él ¿qué le habrán dicho?


- vamos deprisa a comprobarlo!!
- si, si! toma mamá póntela, corre!


- ves hija? es como si me pondría una bota muy alta
- pero yo  nunca me había dado cuenta de nada, andas muy bien!
- bueno al principio me costó mucho, pero con voluntad siempre acabas lográndolo


- vamos hija! ...volando!
- si.! jijijiji


- pero bueno.... ¿qué significa este alboroto?
- pues que..... van a publicar mi libro!!!!
- ohhhh! eso es estupendo!!


- cariño que alegría!!!
- bien por Albert!! ...mi hermano...un gran escritor!!


- te lo dije hijo, te dije que nunca tiraras la toalla, que con tenacidad lo lograrías
- sí mamá... y con tu ejemplo también

Sophie sintió un nudo de emoción  en su garganta al oir aquellas palabras


 - Ehhh! Albert! he venido corriendo cuando he visto de lejos tu coche.. ¿qué te han dicho?
- dale la enhorabuena a tu hermano Robin!!
-  jejejeje, lo he conseguido!
- Guauuuuuu!!! hermanito, me alegroooo!!!


- Amy, Amy!! tengo algo que contarte... Jimmy y yo  creemos que hemos dado con la guarida del mago arriba en la montaña
- jejejejejeje, que inocente Robin...
- ¿por qué te ries?
- tú yéndote tan lejos a buscar la magia y todavía no sabes que la magia está en tu casa
 
¿Por qué dijo eso Amy? Robin se quedó pensativo, ¿lo diría por Nicholas? o ¿por qué razón?
 
 
Aquella noche, bajo las estrellas, celebraron una  pequeña verbena. Aquella noche, no demasiado lejos del final de verano, todos seguían una alegre melodía. Sophie sonreía  porque ¿acaso no era aquel el mejor escenario de su vida, rodeada de todos aquellos seres que la hacían sentir feliz?


Aquella odiosas palabras que lastimaron a Sophie se fueron alejando como hojas secas que arrastra el viento, al mismo tiempo  que otras habían llegado a sus oidos y directamente, como semillas iban germinando en sus interior. Su fuerza no estaba en sus brazos ni en sus piernas, sino en su corazón.

Bueno, espero que la historia de hoy os haya gustado y con ella quiero hacer una reflexión al poder de las palabras, de como a veces se pueden convertir en afilados dardos y otras en el mayor regalo que, a través de nuestros oidos, llegue al corazón.